El arte de Mari Puri Herrero (Bilbao, España, 1942) pintora y grabadora española, recoge, por lo general, imágenes del mundo que le rodea, mundo en el que conviven disparidad de visiones, cosas cotidianas, más o menos comprensibles, que vemos, imaginamos o soñamos; y casi siempre con una fuerte presencia de la naturaleza.
Su obra refleja la intrincada relación entre el dibujo y la pintura, fusionando trazos bruscos con figuras etéreas. En lugar de centrarse en temáticas discursivas, la artista profundiza en sus temas a través del estudio meticuloso de luces, colores y sombras. Su enfoque en el movimiento continuo de la naturaleza se manifiesta aquí en la representación de árboles modelados por el viento, creando figuras espectrales evocadoras de recuerdos.